sábado, 22 de septiembre de 2018

Vaya tropa

Para la izquierda, siempre con pulsiones totalitarias aunque se proclame moderada, la única legitimidad es la que les favorece. Cualquiera que les lleve la contraria es antidemócrata, anticonstitucional… en una palabra: fascista.
Sin vocales llegó al poder gracias que logró concitar una mayoría (transitoria, casi instantánea en el sentido de que apenas duró ese breve lapso de tiempo) que le permitió sacar adelante su moción de censura. Pero después de la moción, lo único que ha cambiado es el gobierno de España. La composición de las cámaras sigue siendo exactamente la misma –excepto que todos deberían saber ya dónde se encuentran los demás, aunque hay maricomplejines que rara vez aprenden-, y la mayoría del PP en el Senado, también.
Por ello, que a la hora de fijar el techo de déficit el ordenamiento jurídico español conceda a la por otra parte habitualmente inane cámara alta un poder de veto les parece una adulteración de la democracia (entendiendo por democracia lo que dicen ellos cuando lo dicen, que ya sabemos que un socialista es alguien capaz de sostener una cosa y la contraria y afirmar que ambas son ciertas y progresistas), y buscan saltarse ese veto –este tema dará para más entradas del blog… y no estoy dando una conjetura- mientras estudian subir el impuesto sobre la renta de las personas físicas (entre otros).
Y mientras, envían a una bachiller a defender las maniobras torticeras de su jefe de filas. Si toda una doctora (título hoy bastante devaluado) en Derecho constitucional fue capaz de afirmar campanuda que el dinero público no es de nadie, a nadie debe extrañar que la indocumentada Lastra (Lastre le iría mejor) diga que la soberanía nacional está en el Congreso de los Diputados.
Para que lo entiendas, Adrianita: la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado (artículo 1.2 de la Constitución), y las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado (artículo 66.1 de la Constitución).
Las Cortes, pedazo de lastre. ¿Queda claro?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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