viernes, 21 de septiembre de 2018

Heredero de los Jedi

El universo de La guerra de las galaxias tiene muchos agujeros. Tantos y tan grandes que por ellos pasaría holgadamente, no ya un superdestructor imperial, sino hasta la mismísima segunda Estrella de la Muerte. Por muchas cosas que se cuenten, siempre hay espacio para más historias, y esta novela es buena muestra de ello.
No llega al nivel –es difícil- de Sombras del imperio, que nos cuenta qué pasó entre El imperio contraataca y El retorno del jedi. Es esta una obra mucho menor, con menos ambición y también con menos calidad. Pero que va de menos a más narrando los primeros pasos de Luke Skywalker en el aprendizaje de lo que supone convertirse en un jedi como la Fuerza manda.
La historia comienza, es mi impresión, un poco floja, como titubeante. Recuerda a los tebeos editados por Marvel en los setenta y ochenta en los que los héroes se metían en todo tipo de líos con todo tipo de gentes en todo tipo de planetas, no siempre relacionados con el malvado imperio galáctico. Sin embargo, poco a poco va cogiendo fuerza y la cosa acaba con cierto dramatismo, muerte de personajes (no diremos cuáles), y profusión de sangre y vísceras.
A destacar dos cosas: la narración en primera persona, muy infrecuente en las novelas del universo de La guerra de las galaxias, y el hecho de que –al menos al que esto escribe- el autor te tenga en vilo toda la novela acerca de si determinados personajes son quienes dicen ser o bien agentes al servicio del imperio.
En resumen: que la cosa termina mejor de lo que empieza.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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