jueves, 4 de abril de 2019

Plato frío

Hace cuatro décadas, Alfonso Guerra verbalizó un secreto a voces en cualquier partido político (en cualquier organización jerarquizada, de hecho): el que le lleva la contraria a los que mandan, lo tiene muy crudo. Fue la famosa frase de el que se mueve no sale en la foto.
Esta es una verdad como un templo que resulta más vigente en el PSOE actual. Olvidando la máxima volteriana de ten cerca a tus amigos, pero más cerca aún a tus enemigos que Rodríguez aplicó, por ejemplo, al nombrar a su rival por el cetro socialista presidente del Congreso o ministro de Defensa, Sin vocales ha procedido a laminar en general a todo el que le llevó la contraria, y en particular quien personifica la mayor amenaza a su poder: Susana Díaz. Pero la baronesa andaluza parece dispuesta a morir matando.
En efecto, si hace un mes hablaba de que Pedro Sánchez pensaba usar las listas electorales para hacerse un PSOE a su medida, parece que alguien le anda descosiendo los bajos, o poco menos. Todavía fuerte en su feudo andaluz, a pesar de haber perdido el gobierno de la región, Susanita vetó a dos ministros del Gobierno como cabezas de lista en las elecciones generales. No le sirvió de nada, puesto que apenas tres días después dctr Snchz decretó (qué gusto le ha cogido este hombre a mandar por decreto) que cuatro ministros encabezaran listas en Andalucía a pesar de la oposición de las bases. Sí, esas bases que son las que a él le sirvieron para volver a auparse a la secretaría general, y de cuya voluntad parece haberse olvidado para no tener en cuenta más que una: la suya propia.
Ahora, la única esperanza de Susana Díaz pasa por lo mismo que esperaba su compañero de partido (recuérdese aquello de existen los adversarios, luego los enemigos y finalmente los compañeros de partido): que, aunque sea la fuerza más votada, no tenga los apoyos parlamentarios suficientes para conservar la presidencia del gobierno.
Básicamente, lo mismo que desea cualquier español con dos dedos de frente (o con más sentido común que sectarismo).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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