Mira que servidor es (o era, quizá; la vida me ha flexibilizado… un poco) cuadriculado y tal. Cómo lo sería que uno de los defectos que me sacaba mi hermano al conducir es que las curvas las daba como sobre raíles…
En fin, que hasta yo comprendo que en general
hay que atenerse a las normas, pero que hay circunstancias en que saltárselas
no sólo es lógico: es lo única conducta decente que cabe. Algo que, al parecer,
no tienen tan claro en el servicio vasco de salud pública. O eso podría
deducirse de que el hecho de que un pediatra vasco haya denunciado que fue amonestado por atender a una niña en fase terminal fuera de horario.
Se ve que todavía no han traducido a Hipócrates al vascuence.
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