Hace poco he leído un chiste que venía a decir qué mala suerte tiene José Luis Ábalos, que todas las sobrinas le salen putas. No sólo eso: además, henchidas de esa soberbia y esa suficiencia tan española del usted no sabe con quién está hablando o el vas a enterarte de lo que vale un peine.
Rasgos que se dan, sobre todo, en esos que se
proclaman de izquierdas, tolerantes, igualitarios, demócratas… como las
sobrinas de la mano amputada del psicópata de la Moncloa, que exigieron actuar contra los cargos de ADIF que se opusieron a los enchufes.
Es que, andando los de la mano y el capullo por el medio, los apagones son inevitables.
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