sábado, 28 de junio de 2025

Marxistas

No sé por qué, pero los judíos -los hermanos Marx y Woody Allen a la cabeza- tienen un sentido del humor de lo más agudo, preciso e irrebatible.

Una de las frases inmortales de Julius Marx es aquella de estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros. Menos humorísticamente, don Manuel Fraga Iribarne definió a los socialistas como alguien capaz de afirmar una cosa y la contraria. Más procaz, está también aquello de prometer y prometer hasta meter, y una vez metido, nada de lo prometido; que, la verdad, no es que tenga mucho que ver, pero que hace bulto y me apetecía poner.

De entrada, uno de los de la mano y el capullo será capaz, en relación con cualquier delito en el que se pueda ver remotamente involucrado, de negar la evidencia. Haciendo un juego de palabras con el Evangelio, no hasta tres veces, sino hasta setenta veces siete. Eso sí, hasta que empiezan a verle las orejas al lobo -cosa complicada, porque el momento al que me refiero es aquel en el que el acúmulo de evidencias y pruebas empieza a ser abrumador hasta para ellos, y es difícil ver a ningún lobo, por grande que sea, detrás de semejante pirámide-, momento en el que empiezan a rectificar, a matizar, a recular en suma.

Es lo que pasó hace tres semanas con la Pelos, antes ninistra del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y ahora comisaria (¡y hasta vicepresidente!) de la Comisión Europea, que comenzó a reconocer haberse reunido con Víctor de Aldama y no se atrevió a negar que conociera a la persona que llevaba a Ferraz los euros por decenas de miles.

Tic, tac…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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