La desfachatez de los miembros del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y de sus asalariados lameortos parece no tener fin.
Por un lado, Petisú Montero, que de
contratación pública debe saber todavía menos que de educación y buenos
modales, declaró que se pueden cobrar mordidas sin que eso haya afectado a la adjudicación. Y se quedó tan ancha. Lo cual hace que uno se pregunte
para qué carajo se ofrecen entonces los sobornos, si no van a afectar a la
adjudicación. Vamos, como en el caso de los pagos millonarios del Farça al
vicepresidente del comité arbitral, que pretenden que nos creamos que no
tuvieron ningún efecto en el desempeño de los llamados colegiados.
Y luego está esa amontonaletras, que
en el panfleto de la extrema izquierda dejó la siguiente perla:
La izquierda tiene estándares morales superiores. Eso nos contamos una y otra vez y tiene sentido. No es lo mismo creer en el bien individual liberal, que en el bien colectivo. No es lo mismo robar cuando se cree en el sálvese quien pueda, que hacerlo cuando se defiende la justicia social para tod@s.
Para mear y no echar gota, oye.
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