Cuba
probablemente sea, junto a Corea del Norte, una de las peores tiranías
comunistas del planeta. Pero mientras que en el país asiático se han sucedido
tres generaciones de la misma familia, a cual más demente que la anterior, en
la isla caribeña siguen gobernando aquellos que, a mediados del siglo pasado,
hicieron la revolución.
Al tiranosaurio del Caribe le sucedió su
hermano, apenas media docena de años más joven que él (recuerdo que, por
entonces, un amigo médico me aseguraba que Fidel no pasaría de la Nochevieja
del año correspondiente, y ahí sigue el muy desgraciado), que ha conseguido que
el zETAp de Chicago se arrastre hasta
La Habana para normalizar relaciones entre
ambos países.
Quizá
porque, tras morir otro de los hermanos Castro, vea acercarse la huesuda mano
de la parca, Raúl Castro está empezando a dar los primeros pasos hacia su
sucesión. Y una de sus primeras declaraciones ha sido pedir que los líderes cubanos se retiren a los setenta años.
Esto
lo dice una persona que en apenas un par de meses cumplirá los ochenta y cinco,
y que no accedió a la más alta magistratura de la dictadura cubana hasta bien
mediada su octava década de vida.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!