Pase
lo que pase y digan lo que digan, los sucesivos p-ETAs son eso, formaciones
políticas dirigidos por los terroristas vascos, cuando no integrados
directamente por ellos. Lo prueba, sobre todo, el hecho de que se nieguen
sistemáticamente a condenar los crímenes (de lesa humanidad) perpetrados por el
grupo del hacha y la serpiente.
Sin
embargo, hay gente en Vascongadas que les vota. No los bastantes, todavía, para
gobernar en solitario en toda la comunidad autónoma, y menos aún en Navarra
(aunque ya estamos teniendo muestras palmarias de cómo se las gastan incluso
gobernando en minoría), pero los indicios hacen temer que todo se andará.
De
momento, gobiernan en bastantes poblaciones. La capital guipuzcoana, sin ir más
lejos, lo que lleva aparejado el control de las celebraciones de la capitalidad
europea de la cultura. No teniendo que dar cuentas a nadie, pueden expresarse
como les venga en gana, y bien que lo hacen al calificar el terrorismo etarra
como un fenómeno político, militar y cultural.
Ante
semejante barbaridad, el Ministerio de Cultura reaccionó con prontitud, pero con
demasiada suavidad, ya que pidió que se
ponga cuidado en las palabras al tratar aspectos como el terrorismo en España,
con el fin de no herir ninguna sensibilidad.
Suponiendo
que los terroristas hubieran pensado en la sensibilidad de los demás, herirla
sería precisamente lo que buscarían.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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