A
pesar de todas sus proclamas de que la cosa no tiene solución y que estamos
abocados a la celebración de unas nuevas elecciones generales, la izmierda no acaba de dar por perdida la
batalla por la Moncloa y siguen buscando alternativas
(como han solicitado los sindicatos sedicentemente más representativos, es decir, ugeteos
y cocos) a cual más imaginativa.
La (pen)
última ha sido la oferta del líder socialista de someterse a una cuestión de confianza dentro de dos años si Junior acepta
apoyarle (por acción u omisión) para que se encarame a la presidencia del Gobierno.
Teniendo
en cuenta que lo único que uniría a todos los que apoyaran esa candidatura es
el rechazo a que el partido más votado sea el que encabece el Gobierno,
probablemente Sánchez cuente con que será difícil volver a ponerles de acuerdo
a todos (y en este caso sí que sería necesario el PP) para presentar una moción
de censura con un candidato único, caso que no cumpliera su compromiso.
Porque
esa es otra: nada nos asegura que dentro de dos años, con sus posaderas bien
asentadas en la poltrona, el socialista haga honor a la palabra dada.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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