Los necionanistas catalanes están decididos
a independizarse de España, y para ellos están en la tarea de construir lo que
llaman estructuras de Estado. No deja
de ser curioso que para construir semejantes estructuras lo que empleen sean las estructuras del vilipendiado Estado español; es decir, que roban a quienes,
según ellos, les está robando (será que piensan en el conocido refrán de ladrón que roba a ladrón ha cien años de
perdón). Por otra parte, cabe considerarlo otra muestra de la proverbial
sobriedad (léase, tacañería) catalana.
Entre
estas estructuras de Estado se
encuentra la creación de una Hacienda propia, ante la que habría que presentar
las declaraciones de impuestos. Pues bien, si lo que se desprende de las
declaraciones presentadas es extrapolable, España no tiene de qué preocuparse. En
2.013 eran 473 los que pagaron en esa Hacienda propia, cifra que bajó a 222 en
2.014 y que se redujo a 178 en 2.015. Es decir, muchos menos de todos los
parlamentarios autonómicos, alcaldes, concejales, empresas y figuras en general que se
declaran como sinceros y auténticos catalanistas.
Y es
que una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo, especialmente cuando el
trigo es de uno y no se sabe qué van a hacer con él aquellos a quienes se lo
dan.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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