Con
esta entrada me salto la norma del first
in, first out porque las cosas van tan deprisa en la política española que
si la pusiera cuando toca (dentro de diez días) lo mismo quedaba desfasada.
Bueno, lo mismo no: con casi total
seguridad.
La
última iniciativa de Alberto Rivera ha sido pedir a los líderes del PSOE y el
PP que den un paso atrás, asegurando
que él hará lo mismo. Esto es, un Gobierno presidido por un independiente y sin Rajoy, sin Sánchez… y sin Rivera.
Vamos
a creernos que el líder naranjito
tiene semejante altura de miras y está dispuesto a sacrificarse por el bien de
España (iba a poner del país, pero he
rectificado a tiempo), en lugar de pensar que propone esta alternativa porque
teme que unas nuevas elecciones le supongan una pérdida de escaños en el
Congreso.
Asumido
esto, cuesta creer que cualquiera de los otros dos tenga ese nivel de
altruismo. En el Rajoy de hace una década todavía cabría conceder el beneficio
de la duda, aunque tras el congreso de Valencia, la defenestración de María San
Gil, el marginar a gente como Mayor Oreja o Vidal Cuadras, y tantos y tantos ejemplos,
hayan reducido su crédito actual a prácticamente cero. Pero es que por parte
del líder socialista no cabe considerar que renuncie: cifra, y es en lo único
que acierta, toda su supervivencia política a ser elegido presidente del
Gobierno. Si no lo consigue, está acabado y ya no le querrán de presidente ni
en la comunidad de La que se avecina.
Así que,
como último brindis al sol, ha quedado bonito. Pero va a ser sólo eso, un
brindis al sol.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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