A
veces los periódicos, por aquello de llenar el espacio, publican como noticias
cosas que no lo son. Esta última semana hemos tenido dos ejemplos palmarios.
El
primer titular rezaba El Everest ya no es el punto más lejano del centro de la Tierra. Se trata de una frase
incorrecta por partida doble. En primer lugar, el adverbio ya, puesto que implica que hasta ahora el Everest (su cima, se
entiende) era el punto más lejano del centro de la Tierra, o así se creía al
menos, pero que recientes comprobaciones habrían rectificado dicha afirmación
(como da a entender el texto bajo el titular, que dice La gran montaña del Himalaya ha sido destronada por el volcán
Chimborazo, sito en Ecuador), cuando lo que ha ocurrido en realidad es que
se ha precisado más la distancia de cada punto en cuestión al centro de nuestro
planeta. En segundo lugar, nunca se ha considerado (no en los últimos cien o
ciento cincuenta años, me atrevería a decir) que la cima del Everest fuera el
punto más alejado del centro de la Tierra, al menos por parte de quienes tienen
algo de cultura: puesto que la tierra no es una esfera perfecta, sino que está
abombada por el ecuador, cuanto más próximo a esa línea imaginaria se encuentre
un punto dado, más papeletas tendrá para ser el punto más alejado del centro de
la Tierra, a poco que sea una cima de cierta entidad.
La
segunda noticia fue que Alemania lanzaba una moneda de cinco euros, lo que no
constituye ninguna novedad, puesto que no sólo la república germana, sino
prácticamente todos los países de la zona euro, han emitido monedas con un
valor facial distinto de los ocho canónicos
(esto es, dos y un euros, y cincuenta, veinte, diez, cinco, dos y un
céntimos) que, aunque son de curso legal, van destinadas al coleccionismo por
ser su valor numismático (o incluso el real, cuando se trata de acuñaciones en
metales preciosos) muy superior al facial.
Pues
nada, habrá que seguir esperando la noticia de que un hombre ha mordido a un
perro…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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