martes, 26 de abril de 2016

La vieja farsa

Por mucho que lo llamen pacto a la valenciana, no deja de ser una solución a la catalana lo que ha planteado la franquicia levantina de los neocom, al proponer a última hora, como quien dice en el tiempo de descuento (a quién se le ocurre soltarlo justo en la audiencia con el Rey, con todo el tiempo que han tenido hasta ahora, no diré desde las elecciones, sino desde las votaciones para intentar investir a Pedro Sánchez) un acuerdo de mínimos revisable cada seis meses y la conformación de un gobierno compartido con PSOE, Podemos y sus confluencias e Izquierda Unida-Unidad Popular.
Este frente populista renovable –el gobierno de un país, incluido España, es algo demasiado serio como para irlo renovando semestralmente- parece una solución a la desesperada, dado que las encuestas pintan bastos para las izquierdas: no porque vayan a bajar, sino porque no parecen subir. Es decir, que se quedarían (y nos quedaríamos) más o menos como estamos ahora.
Siguiendo con el paripé –o no, porque uno ya no sabe a qué están jugando estos, excepto a marear la perdiz-, los socialistas, tras analizar la propuesta valenciana, han lanzado una contraoferta del a C's, Podemos y Compromís. Mientras que Hernando ha pedido sumar a Podemos y Compromís al acuerdo con Rivera, los naranjitos ya han dicho que (valga el chiste) naranjas de la China.
Pensando mal, todo puede ser una treta para intentar enlodar al ciudadano Borbón, como dicen todos estos mamarrachos, olvidando que mientras España sea una monarquía, y de momento lo es, el tratamiento correcto es el de Su Majestad el Rey, les guste o no les guste.
Que ya sé que no les gusta, pero nos entendemos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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