Por
mucho que lo llamen pacto a la valenciana,
no deja de ser una solución a la catalana
lo que ha planteado la franquicia levantina de los neocom, al proponer a última hora, como quien dice en el tiempo de
descuento (a quién se le ocurre soltarlo justo en la audiencia con el Rey, con
todo el tiempo que han tenido hasta ahora, no diré desde las elecciones, sino
desde las votaciones para intentar investir a Pedro Sánchez) un acuerdo de
mínimos revisable cada seis meses y la conformación de un gobierno compartido
con PSOE, Podemos y sus confluencias e Izquierda Unida-Unidad Popular.
Este
frente populista renovable –el gobierno
de un país, incluido España, es algo demasiado serio como para irlo renovando
semestralmente- parece una solución a la desesperada, dado que las encuestas
pintan bastos para las izquierdas: no porque vayan a bajar, sino porque no
parecen subir. Es decir, que se quedarían (y nos quedaríamos) más o menos como
estamos ahora.
Siguiendo
con el paripé –o no, porque uno ya no sabe a qué están jugando estos, excepto a
marear la perdiz-, los socialistas, tras analizar la propuesta valenciana, han lanzado una contraoferta del a C's, Podemos y
Compromís. Mientras que Hernando ha pedido sumar a Podemos y Compromís al
acuerdo con Rivera, los naranjitos ya
han dicho que (valga el chiste) naranjas de la China.
Pensando
mal, todo puede ser una treta para intentar enlodar al ciudadano Borbón, como dicen todos estos mamarrachos, olvidando que
mientras España sea una monarquía, y de momento lo es, el tratamiento correcto
es el de Su Majestad el Rey, les guste o no les guste.
Que ya
sé que no les gusta, pero nos entendemos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario