Hace
ya años que leí los dos primeros volúmenes de la serie de Gregory Maguire, por
lo que –salvo el contexto general- tenía la cosa bastante desdibujada. Gracias a
Dios, esta novela no es una continuación estricta del anterior, sino una
especie de intercuela, en el sentido
de que relata acontecimientos simultáneos a los de los dos primeros libros
desde otro punto de vista. Desde otros,
habría que decir, aunque el principal es el de Brrr, el león cobarde.
Casi
toda la obra funciona como un enorme flashback,
yendo y viniendo por la vida del felino y la de Yackle, de los que sólo al
final se conocen los respectivos orígenes (y, en el caso de uno de los dos, su
final). Todo ello salpimentado con las reflexiones sobre casi todo lo divino y
lo humano que acostumbran a sazonar esta saga, y algunas notas de humor
bastante de agradecer.
El final,
como es habitual, resulta completamente abierto, anunciando la cuarta (y, en
teoría, última) parte de esta visión alternativa
del mundo de Oz.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!