Cuenta Federico Jiménez Losantos que, en cierta ocasión, uno de sus hijos le preguntó Pero papá, ¿no podrías contar las cosas de otra manera?, a lo que el periodista turolense respondió Hijo mío, si las contara de otra manera no podría enviarte a estudiar a Estados Unidos.
Quiere esto decir que, aunque sea para ganarse la vida, Jiménez Losantos tiene la costumbre de no dar un rodeo a la hora de calificar las cosas, y tan pronto llama Echeminga a ese despojo humano (y lo digo por su catadura moral, que no por sus minusvalías físicas) que dirige la franquicia neocom en Aragón como califica de maricomplejines a la mayor (quiero pensar que no todos) parte de los dirigentes del principal partido de derechas español.
Y lo malo no es que en su modo de expresarse y de actuar los peperos muestren timidez y hasta apocamiento ante izquierdistas y necionanistas, gentuza unos y otros que tienen mucho más de lo que avergonzarse, por su pasado y hasta por su presente. No, lo malo es que esa actitud delata un abandono de los principios que, al menos de boquilla, dieron grandeza moral a ese partido, y que hoy sólo mantienen algunas de sus figuras, señeras pero apartadas de la primera y hasta de la segunda línea de la política.
Sólo así se explica que, en su acercamiento a los separatistas, Triple Ese haya dicho una canallada como que todo el mundo tiene sus razones.
Claro. Así las cosas, Hitler, y Stalin, y Franco, y Pinochet… hasta Satanás tenía sus razones, cuando se rebeló contra el Altísimo. La cuestión es si esas razones, por hacer el juego de palabras, son razonables o no.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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