La
cadena de propaganda del necionanismo catalán
–pues no de otra manera cabe denominar a TV3, aunque partamos de la premisa de
que las televisiones públicas no son sino precisamente eso, voceras del poder
político del que dependen- se mostró escandalizada porque en la final de ese
trofeo de chichinabo que es la Supercopa de Cataluña (al menos no lo han
llamado Series Mundiales, como hacen
los estadounidenses con sus deportes), que jugaron el Farça y el Español de mis amores –ganaron los blanquiazules,
demostrando así que los suplentes pericos son superiores a los suplentes
culés-, los jugadores de ambas escuadras omitieron cantar el himno catalán.
Dejando
aparte el hecho de que, supongo, la mayoría de ellos no son precisamente
catalanes, al menos tampoco siguieron el conocido adagio de allá donde fueres, haz lo que vieres. Porque,
en tal caso, lo que habrían hecho es silbar Los
segadores, dado que la costumbre de los catalufos es pitar cualquier himno
que no sea el suyo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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