Empezando
por el principio, nunca he tenido claro si lo bueno es la cal y lo malo la
arena, o viceversa, o en realidad ninguna de las dos es ni buena ni mala. Pero vamos
a lo que vamos.
El
PSOE, apelando a la gobernabilidad,
pero en realidad temiendo que unas terceras elecciones generales en el plazo de
doce meses haría que rompieran –de nuevo- su suelo electoral, acabó
absteniéndose en la segunda votación del segundo intento de investidura de
Mariano Rajoy. Incluso han llegado a reconocer que se equivocaron al confundir el ‘no es no’ con un tema ético.
Habría que preguntarse qué demonios saben los socialistas de ética, pero en
fin, ese es otro tema…
Sin
embargo, el mismo día que hacían semejante confesión volvían a sus viejos modos
y maneras y, sin contemplar el votar a favor de los presupuestos que
presentaría el Gobierno, descartaron abstenerse –es decir, que votarían en
contra- aunque no conocían dichos presupuestos. Una especie de no sé de qué se discute, pero me opongo.
Definitivamente,
estos sociatas no tienen remedio…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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