Hace unos días me atreví a vaticinar que la capacidad de convocatoria de la
ultraizquierda española es cada vez menor. Ya sea porque se van castificando, ya sea porque cada vez
engañan a menos gente, ya sea en fin porque las cosas parece que empiezan a ir
mejor, el caso es que las concentraciones convocadas por los neocom patrios, sean parlamentarios o
extraparlamentarios, son cada vez menos concurridas.
Cuando
se vio que el PSOE finalmente se abstendría en la definitiva votación para la
investidura de Mariano Rajoy, Junior
y sus muchachos hicieron un llamamiento a una protesta masiva para trascender
las insticuciones. Parece que, más que trascender, lo que hizo la gente fue
quedarse traspuesta, porque las fuentes del Ministerio del Interior cifran la
asistencia en unas tres mil personas.
Los
convocantes, gente mucho más trascendente,
elevaron esa cantidad un poquitirrín…
hasta cien mil personas. Debían ser todos unos muertos de hambre –por lo
delgaditos, digo-, porque no alcanzaban a llenar la Puerta del Sol…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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