Los
secesionistas catalanes son tremendamente rapaces y miserables. No sólo acusan
a los demás de quitarles lo que ellos estiman que les corresponde (recordemos
el manido y falso España nos roba),
sino que ellos no tienen el más mínimo reparo en rapiñar, en nombre de unos históricamente
inexistentes países catalanes, lo que
les viene en gana, de los documentos del Archivo Histórico de Salamanca a las
obras de arte de la llamada Franja
(la zona de Aragón que limita con Cataluña).
En
relación precisamente con el mundo del arte, un tribunal ha condenado a la
Generalidad a devolver al ayuntamiento aragonés de Sijena un montón de obras de
arte. De ellas, dos no han aparecido, y los catalanes han reconocido
oficialmente no saber dónde se encuentran y que, además, nunca han estado en el
(sedicente) Museo Nacional de Arte de Cataluña… a pesar de que supuestamente el
museo pagó por ellas.
Pues
buenos son los catalufos para pagar por algo que no se les da… No pagar por
algo que cogen, ¡ah!, bueno, eso es otro cantar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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