Desde
hace ya décadas se viene hablando de las llamadas huelgas(y sindicatos) de
estudiantes. Algo que supone una flagrante contradicción, puesto que se trata
de términos antitéticos, como queda de manifiesto en la arquetípica pregunta
que el ligón dirige a la chica que pretende ligarse. Sí, esa de ¿estudias o trabajas?
Está
claro que los alumnos –imposible llamarles estudiantes- que han salido en
manifestación durante años y años no hacen ni una cosa ni la otra. En cuanto a
sus cacareadas huelgas, se trata más
bien de unos novillos colectivos bajo un pretexto reivindicativo y que en
realidad obedece a motivos políticos; de la izquierda, por supuesto, como lo
demuestra el hecho de que esas algaradas, como las concentraciones de los
delinquidores de hace años ocupando las vías y plazas públicas, se producen
mayoritariamente (mayormente, que
dirían en Los Serrano) contra
gobiernos del Partido Popular.
Por ello,
el análisis que hacen en Libertad Digital
de la manifestación contra el sistema de reválidas, considerándola como un preludio de las algaradas callejeras contra el gobierno del PP, es perfectamente
válido (desde mi punto de vista, por supuesto). Es lo de siempre: la izmierda, pretendiendo rapiñar en las
calles lo que son incapaces de conseguir en las urnas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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