Si
hay una cadena en España que desde sus inicios ha apelado a los más bajos
instintos de la audiencia con tal de conseguir cuota de pantalla, esa ha sido
Telecinco. Empezando con las mama Chicho,
siguiendo con (pretendidas) tertulias sobre asuntos del corazón (del hígado,
más bien: el que hay que tener para soportarlas) y terminado por programas
donde gente si estudios se dedica a hacer y gritar ordinarieces unos a otros,
la calidad ha ido cuesta abajo y embalada.
Ahora,
parece que a la presentadora de Sálvame,
por lo visto el programa estrella de la parrilla de esa cadena, le están haciendo la cama, como suele decirse. Esa
humorista de dudosa gracia, que ampara la crítica y el despelleje a cualquier
personaje o personajillo público, pero que no permite que se mente a su pareja,
pringado con ese lodazal de corrupción que es la Junta de Andalucía, dice que buscan hundirla.
Bueno,
pues le aconsejo que su nombre anide en su corazón, y que no se preocupe,
porque el título de esta entrada lo dice todo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!