De
no ser porque la ruina del partido socialista está provocando el auge de los neocom, aún más populistas y demagogos
que los del puño y la rosa, lo que ocurre en el partido fundado por Senior provocaría reacciones mezcladas
de lástima e hilaridad.
En
un partido que siempre –vale, quizá no siempre,
pero sí en los últimos cuarenta años largos- ha hecho del quien se mueva no sale en la foto una marca de fábrica, y en el que
los presuntos versos sueltos (en los
raros casos en que los había) existían porque el poder omnímodo del líder los
toleraba (y cuando no, caso de Rosa Díez, se les expulsaba y a otra cosa), el
desbarajuste que están viviendo en la sede de Ferraz es, cuando menos,
insólito.
Aunque
habría que especificar a qué sede de Ferraz nos referimos, porque junto a la
tradicional del número setenta de la arteria madrileña, a mitad de camino entre
Marqués de Urquijo y Buen Suceso, hay ahora que añadir otra. Mira que hay
calles y calles en Madrid, y los pedristas
(o sanchistas, aunque deberían ser sanchecistas) no han tenido mejor idea
que montar una sede alternativa
sesenta números más atrás, cerca del Parque del Oeste y del Templo de Debod.
Una sede de la que, tras los requerimientos de la sede oficial, han tenido que quitar toda referencia al partido al cual
pertenecen, con lo que los mensajes de la cristalera lo mismo podrían hacer
referencia a la formación socialista que a la Legión Extranjera.
Las
posibilidades de salir indemne de cualquiera de las dos organizaciones son
aproximadamente parejas, por otra parte…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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