La
izquierda española siempre ha mostrado comprensión
por los crímenes de los terroristas vascos, incluso en los casos en los que las
víctimas pertenecían a sus propias formaciones políticas. Ha sido con gobiernos
socialistas –salvo la excarcelación masiva de etarras perpetrada tras la
anulación de la doctrina Parot-
cuando mayores concesiones se ha hecho a la banda del hacha y la serpiente.
Ahora
que la izquierda no gobierna en el conjunto de España (aunque sí en comunidades
autónomas y en municipios, los socialistas apoyando a los neocom y los neocom a los
socialistas, y unos y otros sin hacer ascos a la asociación con los filoetarras),
siguen mostrando su bajeza moral. Tan pronto dicen que el Gobierno debería acercar los presos etarras a Vascongadas como el panfleto digital de
ultraizquierda llama refugiados (escondidos sería más ajustado) a los
terroristas huidos a Uruguay en la época del GAL; tan pronto dicen que ya no hay excusas para defender todos los
derechos para todas las personas, llamando a llenar las calles de Bilbao en la manifestación por los asesinos
encarcelados, como exigen un trato humanitario
conforme a los más exigentes estándares internacionales.
Los más
exigentes estándares internacionales dicen que con terroristas no se negocia
(EE.UU.), y que a los terroristas primero se les dispara y luego, si acaso, se
les pregunta (Reino Unido y Rusia). Eso es exigencia, y lo demás son pamplinas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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