Tengo configurado el blog de modo que, cuando hay algún comentario, me avise con un correo electrónico. No es que eso suponga una enorme molestia, porque el número de comentarios que recibo tirando a exiguo, para ser misericordiosos. Quizá una docena en todo el tiempo que llevo escribiendo, así que no es que mi bandeja de entrada se vaya a resentir por ello.
Pero hete aquí que la epifanía del Señor, día
arriba, día abajo, trajo una agradable sorpresa doble. Para empezar, un tal Anónimo me dejó el siguiente comentario:
Hola. He descubierto tu blog hace
unas semanas. Muy divertido.Alegra ver que todavía hay gente
con algo de sentido común.Gracias.
Y luego, otro Anónimo,
ignoro si el mismo o un tocayo, me informaba de que me habían citado en otro blog. Ni corto ni perezoso pinché en el enlace y me encontré con una entrada
que comenzaba (dejando aparte la felicitación de año nuevo) como sigue:
Hace unos
días dí con un blog bastante interesante que recomiendo encarecidamente:
"Cronicas desde el Octavo Pueblo". Está escrito por un caballero
lleno de sentido común. Son entradas cortas, que se leen de un tirón.
Ultimamente, considerando los ridículos acontecimientos protagonizados por los
payasos de los independentistas catalanes y sus económicamente suicidas
mamporreros seguidores, se ha centrado bastante en el barullo de estos
Catetonios, pero también suele atizar bastante a los porremitas (a los que
denomina "neo-com") y a su apestoso lider koletario (al que llama
"Junior")... lo cual no es difícil, dado el número de falsedades por
segundo que estos "recordmen" del embuste logran proferir.Buen blog, en
definitiva, para echarse unas risas a costa de toda esta gentuza y de los
personajillos que -como nuestro amigo leftard de referencia, Rafalelo- los
siguen y admiran. Una sola entrada de "Crónicas desde el Octavo
Pueblo" tiene más solidez intelectual, honestidad y análisis preciso de la
realidad, que cien posts de Rafalerdo.
Como es de bien nacido ser agradecido, me apresuré
a dejarle un comentario ante tan inmerecidos elogios, comentario que unos pocos
días después recibió la siguiente contestación en forma de comentario en mi
blog:
Buenos días.
Soy su camarada del blog "Las Sandeces de...". Recibidos sus saludos,
que agradezco.Sólo desearle
ánimo para seguir. Como decía, es agradable echarse unas risas gracias a que
alguien sabe, por una vez, emplear el sentido común.El futuro
pinta negro, pero es posible que consigamos que al menos algún alma descarriada
vuelva al redil. Algo es algo.Un saludo.
Para no convertir esto en una cadena interminable
de agradecimientos y contra agradecimientos, no respondí… hasta ahora, que
dedico esta entrada a responder y, ya de paso, explicar algunas circunstancias
del blog y de su autor.
Para empezar, cualquiera que me conozca sabrá que,
una vez me lanzo a algo (y el escribir en este blog está más que lanzado) no
necesito demasiados ánimos (aunque se agradecen). Ánimo sí que necesita él,
porque sólo me he leído en diagonal algunas de sus entradas y de las del
criticado Rafael Silva y para aguantar semejante mejunje neocom de la peor especie sí que hace falta cuajo.
Dicho lo cual, aprovecho para explayarme un poco
sobre mí, un tema que, como podrá fácilmente comprenderse, no me resulta
resagradable.
Soy español, católico, de derechas y rondo el medio
siglo (por debajo, todavía). Tengo, por lo tanto, edad suficiente para recordar
la noticia de la muerte del payaso Fofó y a Arias Navarro diciendo aquello de Españoles, Franco ha muerto. Cuando era
más joven (más niño, realmente) sentía una cierta simpatía por los socialistas,
pero las palabras de un compañero de colegio (gracias, Alfredo) que me pasaría
hoy día por la derecha me hicieron decantarme por la opción política que hoy
día tengo. Supongo que en el Reino Unido votaría conservador y en Estados
Unidos republicano, aunque en este último país sería (o quiero pensar que
sería) de lo que llaman libertarios
(que no puede estar más alejado de lo que ese término supone en España).
Empecé a escribir el blog por la misma razón que
creé una página web: porque (casi) todo el mundo lo hacía (y eso que siempre he
abominado de las modas). Entonces lo
hacía esporádicamente, como puede comprobarse consultando el archivo del blog. Y
no comentaba noticias políticas, al menos no principalmente, sino gazapos
periodísticos y cosas así (aquello sí que eran entradas breves, a veces de sólo una línea).
Luego tuve un par de años en que publiqué una
entrada al día. El primer año, de media: podía estar diez días sin escribir, y
luego escribir y publicar diez entradas de golpe. Entonces descubrí la maravilla de poder programar el momento
en que se publicaría la entrada, y adopté la costumbre de publicar una al día;
generalmente, a medianoche. En general escribo la entrada el día anterior a la
publicación; si puedo, por la mañana, y por la tarde (o por la noche, en casos
extremos) si no puedo. Si preveo que voy a estar una temporada en un sitio sin
internet o, más bien, sin acceso a mi ordenador (actualmente hay internet casi
en todas partes), me fuerzo a escribir varias entradas cada día durante el
período anterior a fin de tener suficientes programadas para cubrir mi
ausencia.
Como he dicho, procuro publicar una entrada por día
(sin contar los comentarios a los libros que leo, las citas literarias o
cinematográficas, la psicología del
octavo pueblo o las siempre proyectadas series de entradas sobre Tolkien y
sus runas). Sin embargo, hay ocasiones en que una noticia importante (la
elección de un nuevo Papa, así a bote pronto es lo primero que se me ocurre)
reclama un comentario inmediato (en general, y salvo que el fichero de Word en
que voy poniendo los enlaces a las noticias que comentaré se corrompa –cosa que,
lagarto lagarto, hace tiempo que no ocurre-, suelo tener un mínimo de diez días
cubiertos), o que la avalancha de noticias (el butifarrendum, sin ir más lejos) es tal que las noticias se
amontonan. En tales casos, duplico (y hasta triplico y cuadruplico en
ocasiones) el ritmo de publicación. Así es como, año tras año, voy superando el
número de entradas del anterior; aunque yo diría que este año puede romperse
esa racha alcista.
En cuanto al nombre del blog, el origen está en
unas presentaciones de Power Point
que enviaba cada Viernes anunciando precisamente que ya era Viernes y deseando
un buen fin de semana. La cosa comenzó con un gif animado de Stan Laurel y
Oliver Hardy bailando alegres, para luego añadir otras imágenes. La cosa luego
aumentó con comentarios sobre lo ocurrido durante la semana, y acabó derivando
inevitablemente (luego se verá el porqué del adverbio) hacia la política
(todavía creo que la presentación de la semana en que zETAp habló en la
Asamblea Nacional francesa en un francés espantoso, y en la que en la asamblea
legislativa catalana se trató el tema del tres por ciento, es de lo mejor que
he escrito: estaba toda ella redactada en un francés fonético y empezaba Mesiés e medam, ye sui isí inotrefuá),
lo que hirió, también inevitablemente (tengo amigos que no piensan en política
como yo, aunque a alguno le pueda extrañar), algunas sensibilidades. Uno de
esos amigos me dijo que me había pasado siete pueblos con no sé qué comentario,
y la conclusión fue lógica: estaba, entonces, en el octavo pueblo, y desde allí
enviaba mis crónicas. Con el tiempo, dejé las presentaciones y me pasé al blog.
¿El motivo de seguir escribiendo el blog? En primer
lugar, de desahogo. Me tengo por persona inteligente (la modestia, en cambio,
no es un rasgo que me adorne, precisamente), y tengo, como casi todo el mundo,
una opinión sobre todo. Dichas opiniones no son a veces originales, pero otras
sí: de hecho, hay ocasiones en que he dicho exactamente lo mismo que
columnistas políticos dirán (o yo leeré) después de haber escrito mi entrada. Y
si no expreso dichas opiniones, reviento, así que nada mejor que expresarlas. Si
haciéndolo no hiero a nadie (directamente: si envío la presentación, el
receptor se puede molestar; pero el que entra en mi blog lo hace por propia
voluntad, y en el encabezado está la advertencia de lo que se va a encontrar),
miel sobre hojuelas.
En segundo lugar, para dar un argumentario a
aquellos que me leen. El problema de la izquierda, los nacionalistas y sus
voceros es que nadie, salvo excepciones, les lleva la contraria. Y no por
llevarles la contraria, sino para poner en evidencia las trolas, embustes,
falacias e inexactitudes (cuando no insensateces) que sueltan cada vez que
abren la boca (o que aprietan las teclas). Como he dicho, me tengo por
inteligente y sé que tengo cultura (más que la media). Exponiendo en este blog
esas opiniones y las razones que las fundamentan doy, para aquel que me lea y
que quiera aprovecharlo, argumentos para el debate. No para, como dice Conservative, conseguir que algún alma descarriada vuelva al redil, porque suelen ser duras de
mollera; sino para no darles la satisfacción de que nadie les cierre la boca.
Voy terminando. En cuanto al estilo del blog,
procuro combinar el sentido del humor (debo bastante, creo, a Jiménez Losantos
y a Ussía, a quienes disfruto leyendo aunque el turolense a veces se pase de venao) -porque nada hay que les joda más que el que no se les tome en serio o, al menos, que se les chotee- con el empleo de la lógica más aplastante.
Es decir, no me pierdo en jeribeques ni artificios filosóficos, sino que tomo
al pie de la letra lo que dicen o escriben y doy la respuesta más
inapelablemente rígida (a falta de un adjetivo mejor que ahora no logro
encontrar) que puedo. También tiro de mi afición a las perífrasis (no uses una
palabra si puedes emplear cuatro para decir lo mismo) y a los motes: doña Rojelia es la alcaldesa de Madrid
porque es vieja, arrugada y roja; la bruja
Piruja es la de Barcelona por el apócope (no estoy seguro de que éste sea
el recurso estilístico empleado: prótesis, epéntesis, paragoge, aféresis o
síncopa serían las alternativas, aunque la segunda y la quinta están casi
descartadas) de su nombre; Junior es
el líder de los neocom porque Senior fundó el partido que él pretende
desbancar como hegemónico en la izquierda, y su partido es el que es como un
juego de palabras entre neocom y el
hecho de que no son sino los comunistas de siempre con un disfraz distinto; y
así sucesivamente.
Llevaba tiempo queriendo explicar todo lo que
antecede. Por fin me he quedado a gusto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!