miércoles, 28 de febrero de 2018

Contubernio judeomasónico


Es fama que, durante el franquismo, el régimen veía (o decía que veía) enemigos por todas partes, enemigos que frecuentemente se conjurarían para intentar derribar al citado régimen. Con independencia de que tales oscuras maquinaciones fueran ciertas o dejaran de serlo, lo cierto es que el Caudillo gobernó durante casi cuatro décadas y murió de viejo y en la cama, pese a todos los antifranquistas (retroactivos) que, al parecer, hubo siempre.
En un estilo similar a ese franquismo del que (ahora) abominan, los golpistas catalanes también ven la fuente de todos sus males en maléficos poderes exteriores, en lugar de en su propia inepcia, torpeza o maldad. Así, los atentados islamistas del pasado verano en Barcelona no habrían salido adelante por el hecho de que la policía regional hubiera hecho oídos sordos a las advertencias de las agencias de inteligencia extranjeras, o porque la pésima actriz devenida primera edil de la ciudad condal se negara a colocar bolardos (que hubieran obstaculizado el avance de la furgoneta criminal) porque suponían una restricción a la libertad de movimiento.
No. De acuerdo con Mireya Boya, antigua miembro de la asamblea legislativa regional por parte de los Clicks Unidos de Playmobil, habrían sido ideados por el Estado para frenar el independentismo.
Acabáramos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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