En
cierta ocasión, a propósito de las huelgas en el sector de la enseñanza, dije en
Facebook que la coincidencia entre el hijo de P y la verdad (eso sí que es una
conjunción planetaria, Masturbito, y no lo que tú dijiste) era algo que sólo
tenía lugar por casualidad. Naturalmente, me cayeron palos (dialécticos) por
parte de mis conocidos progres (alguno tengo, sí), aunque, la verdad, a día de
hoy sigo sin saber exactamente qué era lo que les había molestado de lo que
escribí, puesto que la reacción a frases más bestias ha sido mucho menos
virulenta.
Supongo
que una somanta equivalente me caería si leyeran que cabe extrapolar esa
afirmación mía a la generalidad de los socialistas españoles (en realidad, a
toda la clase política, pero en términos argumentativos y de ofensa sectaria,
podemos circunscribirla al partido de la mano y el capullo), que sólo por error
o equivocación son capaces de decir algo que sea objetivamente cierto.
Viene
todo esto a propósito –para una introducción tan larga, la conclusión va a ser
muy breve- de las cautelas y temor entre dirigentes socialistas, que estiman
que el haber ganado la moción de censura planteada contra Mariano Rajoy es una operación de alto riesgo.
Lo
que no aclaran si es para ellos… o para España.
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