La
izquierda española en general –aunque lo que viene a continuación puede hacerse
extensivo a la práctica totalidad del espectro político patrio-, y el PSOE en
particular, suele tildar al Partido Popular como el partido político más corrupto de Europa, olvidando –o pareciendo
hacerlo- que, quien más quien menos, todos tienen vergüenzas que es mejor no
mencionar.
Incluso
de los Pirineos para abajo, rara es la formación política que no tiene algún
pufo de mayor o menor entidad (ya lo dijo Lord Acton), por lo que todavía podría
considerarse que los populares son los más
corruptos. Pero es que no es así.
Tanto
por número de casos de corrupción como por el monto de las mismas y las
personas enjuiciadas por ellos –dos presidentes del partido, nada menos-, los
de la mano y el capullo ganan con ventaja a cualquiera que se le ponga por
delante. Casi podría decirse que ganan a todos los demás juntos.
Pero
hete aquí que hay una diferencia de matiz. Según el que fuera presidente castellanomanchego,
ministro de Defensa y tercera autoridad del Estado, hay una diferencia sustancial
entre los ERE andaluces y el caso Gürtel. Resulta que Chaves y Griñán son dejentej y los otros, no.
Acabáramos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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