Cayo
Julio César quizá fuera un cínico y un político sin escrúpulos, pero también
dejó un puñado de frases para la posteridad. Una de ellas es aquella de que la mujer de César no sólo tiene que ser
honesta, sino también parecerlo.
Sin vocales ha tenido su primera
crisis de Gobierno antes de que se cumpliera una semana desde la toma de
posesión de los nuevos ministros. En concreto, el titular de Cultura y Deporte
fue el afectado, ya que hace años cometió un fraude fiscal (de doscientos mil
euros, que se dice pronto) que, aparentemente, olvidó comentar a su presidente cuando le propuso ser ministro;
según él, por ser una cuestión privada.
El
que algunos ya empezaban a llamar Mínimo
Huerta descartó dimitir y afirmó que su supuesto fraude se debió a que cotizaba como sociedad y Hacienda revocó esa
manera de tributar y pagué. En Moncloa se limitaron a decir que estaban en contacto con el ministro (¡qué menos!) y que esperaban poder aclararlo. Como si les hubieran oído, los técnicos de
Hacienda acudieron prestos y aclararon la cosa: no hubo tal cambio de criterio.
Como
la hemeroteca digita es uy mala, y los culturetas
progres muy tontos (en el sentido que no dejan pasar la oportunidad de
dejar pasar la oportunidad de meter la pata… que la meten y a conciencia,
vamos), resulta que hace años el presunto defraudador escribió en Twitter que estar al día con Hacienda ya no se lleva.
Al menos en eso fue coherente.
Pdr Snchz mantuvo a Huerta,
aunque varios cargos de su partido le comunicaron que la situación era insostenible. Junior pidió su dimisión inmediata. Y Mínimo dimitió, aunque si abandonar su pose chulesca y prepotente,
al decir que la inocencia no vale nada
contra esta jauría.
Para
remate, una predecesora en el ministerio, González Sindescargas tuvo la
desfachatez de decir que veía justo evadir al fisco, pero sólo cuando eres artista (y de izquierdas, se le olvidaría añadir). Además, se reveló que el
titular de Agricultura estaba (y sigue) imputado por consentir robos de agua en Doñana.
Ahora,
supongamos que el afectado hubiera sido artista que fuera ministro de un
gobierno del PP. ¿se mostraría Sindescargas
tan comprensiva con la defraudación? ¿Consideraría Mínimo que la prensa era una jauría
por destapar el pufo?
Son
preguntas retóricas, por supuesto…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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