La
Farça debe ser de los pocos clubes en
el mundo que, gane o pierda, vive siempre en función del eterno rival; en su caso, el Real Madrid. Haga lo que haga el
Barcelona, siempre estará mirando de reojo al Bernabéu.
Cuando
pierden y el Madrid gana, la culpa es de los árbitros, que ayudan al equipo del régimen (cuando, si algún
club ha sido beneficiado por la miopía arbitral -por denominarla delicadamente-,
no sólo en España sino en Europa, ese ha sido precisamente el rojiazul). Cuando
ganan y el Madrid pierde, además de ser porque el Barcelona juega de la única
manera admisible (para ellos) de jugar al fútbol, no pierden ocasión de gritar Madrid, cabrón, saluda al campeón.
Y
cuando ellos consiguen dos títulos, pero nacionales, mientras que el Madrid
consigue sólo uno, pero internacional, y además por tercera vez consecutiva,
entonces hacen lo que sea para no ver los logros del contrario. Hasta celebrar la despedida de un jugador emblemático y la consecución del citado doblete,
aunque tanto una como otra hubieran tenido lugar ya hace tiempo.
Todo,
con tal de no saludar al campeón…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario