viernes, 1 de junio de 2018

Indigestión

En su propósito de engullir a toda la izquierda, es posible que Junior haya cometido un error de cálculo. No sería el único: comprarse el casoplón, aunque legítimo, ha sido una cagada del tamaño de un castillo a efectos de imagen. Pero volvamos a los problemas digestivos.
Cuando apareció la formación neocom y empezó a subir en las encuestas, el objetivo que se fijaron en primer lugar fue el del sorpasso al PSOE. Sin embargo, el cohete morado fue perdiendo fuelle y un modo de intentar paliar ese principio de caída fue la coalición con los paleocom de Izquierda Hundida. Lo que ocurre es que, al igual que ha ido haciendo el Banco de Santander con todas las entidades que ha ido adquiriendo o a las que se ha ido uniendo (Banesto, Central Hispanoamericano… lo del Popular es cuestión de tiempo), el objetivo final era deglutir la presa como hacen las boas constrictoras.
Pero hasta los citados ofidios yerran y hay ocasiones en que la presa se les atraganta, y hasta puede llegar a producirles la muerte. No digo yo que Potemos vaya a palmarla políticamente (¡ojalá!), pero de momento la hoz y el martillo parece que se le han enganchado a la altura de la epiglotis.
Porque no veo otra explicación al hecho de que hayan tenido que dar un toque de atención a los paleocom para que no boicoteen al becario ubicuo como candidato a la presidencia de la comunidad autónoma de Madrid.
Por una vez, estoy de acuerdo con coleta morada, aunque colijo que por distintas razones. Tener a Iñiguito de candidato es poder preguntarle, a las primeras de cambio, qué le hace pensar que está legitimado para ocupar un puesto que Cristina Cifuentes tuvo que abandonar tras montarle un pollo por algo menos grave que cobrar ilegalmente una beca.
Porque las becas se dan, creo, para que hagas algo. Y él no hizo nada. Bueno, sí, una sola cosa: no presentarse.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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