Cuando
uno se pone cínico acerca de los medios de comunicación, suele sacarse a
colación el dicho de no permitas que la
realidad te estropee un buen titular.
Algo
parecido podría decirse acerca de los postulados políticos de la izquierda. Por
ejemplo, sostienen contra viento y marea que lo público es mejor…
aunque, en general, no suelen especificar para quién supone una mejora. Sin embargo,
los hechos son tozudos y, en general, demuestran que (vamos a aceptar pulpo
como animal de compañía), en ocasiones, lo privado es mejor. Básicamente,
porque lo privado se juega sus propios cuartos, mientras que lo público dispara
con pólvora del Rey.
Un
buen ejemplo lo tenemos en el sector sanitario de la comunidad autónoma
valenciana. La actual ministro de sanidad, anteriormente consejera de sanidad
de la citada región, combatió la política de privatizaciones de los anteriores
gobiernos populares. Y ello, a pesar
de que la sindicatura de cuentas avaló la calidad y eficiencia del modelo de
colaboración público-privada en la gestión sanitaria.
Pero
¡eh!, demagogia es demagogia…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!