Creo
que fue el insigne científico judío que era estúpido intentar conseguir un resultado
diferente si se siguen empleando los mismos medios. Esta regla podría aplicarle
a la actitud de los sucesivos gobiernos españoles para con los secesionistas
catalanes.
Como
dice el artículo, Felipe VI y Sánchez tienden la mano al separatismo, que responde a dentelladas. O, como dice el texto, el Rey apela en Gerona a "una Cataluña de todos y para todos"
mientras la Generalidad intenta provocar un enfrentamiento civil, con los sedicente
y sedicios comités de defensa de la república realizando cortes de carretera y quema de fotos.
En
ese sentido, mucho más realista, práctica y efectiva fue la reacción de los
vecinos (la ciudadanía, como se dice
en politiqués) ante una cena independentista en Barcelona: amenizaron el agapito
con la Marcha Real y canciones de Manolo Escobar, que a los secesionistas es lo
que les pone.
Les
pone a echar humo por las orejas, quiero decir.
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