jueves, 19 de julio de 2018

Rojos españoles, malos y tontos

Desde los tiempos de Rodríguez me ha venido asaltando la duda de si el rojerío patrio es más tonto que malo, o más malo que tonto. Y cada vez que concluyo que en su comportamiento se concita más la maldad que la estulticia, van y hacen algo que vuelve a suscitarme la inquietud y la zozobra.
Tomemos, por ejemplo, la cuestión del traslado de los restos mortales del Generalísimo de los ejércitos y Caudillo de España por la gracia de Dios, Francisco Franco Bahamonde, del lugar donde reposan actualmente –la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos- a otro todavía por determinar (o, incluso, como he leído en alguna parte, para incinerarlos y dispersarlos a los cuatro vientos). Lo hacen con el pretexto de que el templo bajo la, según dicen, cruz más grande de la cristiandad (y, por ende, del mundo entero) es un lugar de homenaje a los vencedores en la guerra civil y un foco de atracción de fascistas. Lo primero es falso de toda falsedad, pero vamos a dejarlo pasar. Si quieren hacer eso pretextando esos motivos, es que son malos; pero querer hacerlo, es de tontos. Me explico.
Si trasladan los restos de Franco a otro lugar (por ejemplo, el cementerio de El Pardo), tendrán, no uno, sino dos puntos de atracción de fascistas. Porque Cuelgamuros no dejará de serlo aunque Franco (e incluso José Antonio) no se encuentre allí. Lo mismo ocurre si hacen caso a rojos y aranistas y destruyen la cruz: los admiradores de Franco seguirán acudiendo (apuesto, como diría Luis Herrero, pincho de tortilla y caña) y los coloraos habrán creado, por así decirlo, un mártir de granito.
Y, por si no fueran bastante tontos, esta semana Sin vocales, en su primera comparecencia en el Congreso desde que se mudó a La Moncloa, ha recibido un vapuleo en toda regla, por parte de todo el arco parlamentario. Los populares, por motivos evidentes; los que le auparon a la poltrona, porque reclaman el pago de las letras giradas. Y, para remate, van y pierden la votación para renovar el consejo de administración de Radio Televisión Española… por un solo voto.
Aunque algunos malpensados dicen que es para así poder nombrar a un administrador único (y, supongo, no tener que aguantar a los consejeros neocom).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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