Con
los políticos socialistas siempre tengo el mismo problema: sabiendo que son, a
la par, tontos y malos, dudo sobre si son más lo primero que lo segundo o lo
segundo que lo primero.
Porque
¿cómo pueden manifestar optimismo sobre la reunión con Chis Torra y decir que vienen con ganas de que salga bien (aunque sin aclarar bien para quién) cuando los
separatistas reinciden en la asamblea legislativa regional catalana con otra moción golpista?
Aunque,
también como siempre, suelo concluir que, en general, son más malos que tontos…
iba a poner eso, pero mientras escribía he cambiado de idea o me ha vuelto a
entrar la duda: trasladar a los políticos presos a cárceles en Cataluña
demuestra maldad, pero trasladar de módulo a presos problemáticos para que no coincidan con el estrábico con sobrepeso
y sus compinches demuestra estulticia, la misma que han demostrado todos los
políticos desde hace cuatro décadas largas con los presos terroristas.
Porque
es muy probable que los presos comunes nos
libraran a todos de la escoria separatista… y, además, gratis.
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