Nobleza y villanía

En todo este asunto del golpe de estado de los secesionistas catalanes, sólo una institución, la Corona, y la persona que la encarna, Su Majestad el Rey don Felipe VI, se están comportando conforme exigen las circunstancias.

Todos los demás, a uno y otro lado del Ebro (por utilizar una referencia geográfica a la hora de delimitar posiciones) están dando muestras de una bajeza moral rayana en la ignominia, tanto por parte de las instituciones catalanas como de las españolas (salvo la excepción ya mencionada de la Jefatura del Estado).

Tres ejemplos recientes ilustran lo que digo:

• Chis Torra, Arturito Menos y Cocomocho han enviado una misiva (que podríamos llamar la epístola de los adefesios) al Rey en la que le exigen que reflexione y rectifique. Evidentemente, se creen en posesión de la verdad y no van a reconocer que los que están cometiendo un error, por no decir un delito, son precisamente ellos.
• La Casa del Rey hace lo que debe: reenviar al presidente del Gobierno la carta en cuestión. Que Sin vocales sepa qué hacer con ella –yo la usaría para limpiarme las posaderas, si no tuviera miedo de coger una infección- es otro tema.
• Un grupo de ochocientos abuelos por la república toma el monasterio de Montserrat para celebrar una misa amarilla (se ve que la negra no les basta) por la libertad de los golpistas, profanando la imagen de la virgen epónima con el lacito color canario.

Lo dicho: noble y villanos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

¡¡¡VIVA EL REY!!!