Cuando
leí el titular de que Madeline Albright compara la situación en Cataluña con la vivida en Yugoslavia pensé que, o
bien a la estadista estadounidense se le había ido la cabeza por aquello de la edad,
o bien tenía el nivel medio de información que tienen sus compatriotas sobre el
mundo que les rodea (es decir, más bien tendente a cero).
Luego
leí el artículo –excepcionalmente, no vayáis a creer que suelo dejar que un
contenido distinto me estropee la diatriba verborreica que puede desprenderse
de un sumple titular- y llegué a la conclusión de que estaba comparando a
Cataluña con la Yugoslavia post Tito porque lo que pretende Cataluña es la
creación de un estado étnicamente homogéneo. Vamos, como los serbios imperialistas.
Lo
que no deja de tener bastante gracia, porque si a alguien se parecen los
catalanes de pura cepa es al resto de
los españoles, y no a los negros del Maresme y los moros de las mezquitas a los
que dejan entrar a carretadas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario