La
yenka era un baile cuyo ritmo era, marcado por la letra, “izquierda, izquierda,
derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres”. Es decir, quien la practica
no para de moverse, pero acaba siempre en el mismo sitio.
Algo
parecido le ocurre a este Gobierno que padecemos los españoles, que no hace más
que emitir declaraciones y rectificaciones sin solución de continuidad. Además de
poner el tafanario en pompa para ser sodomizado por comunistas, separatistas y
golpistas, prácticamente no hacen otra cosa.
Tomemos
el caso de la (todavía, y hace un mes que saltó la noticia a los medios, como
suele decirse) ministro de Justicia, Dolores Delgado. Salieron a la luz unas
grabaciones en las que, en una comida con un ex juez condenado por prevaricar y
un ex comisario imputado por revelación de secretos, pertenencia a organización
criminal (dos veces), agresión y blanqueo de capitales, llamaba maricón a su entonces compañero de
trabajo en la Audiencia Nacional y actualmente compañero de gabinete, Fernando Grande-Marlasca.
Primero
dijo que no dimitiría, que el Gobierno la apoyaba y que no aludía a Marlasca al
hablar de maricón. Luego rectificó y
dijo que sí se refería a él, pero no por su condición sexual. Como excusa es el colmo: llamas maricón a un homosexual pero no te estás refiriendo a su condición, opción u orientación sexual.
Ya es casualidad... mira que no tiene palabras
el español, que tuvo que ir a elegir precisamente ésa que, de acuerdo con el diccionario
de la Real Academia Española de la Lengua, significa –siendo un adjetivo
despectivo y malsonante que puede usarse como insulto- lo mismo que marica, palabra que admite cuatro
significados (siendo los tres primeros despectivos y malsonantes), a saber:
afeminado (que se parece a las mujeres); apocado, falto de coraje, pusilánime o
medroso; homosexual (pudiendo usarse como insulto); y urraca (el ave).
La
Federación Española de ABC…XYZ salió al quite y manifestó que era una conducta claramente homófoba y misógina
y exigieron unas disculpas públicas.
A día de hoy, que yo recuerde, no se ha producido dicha petición de disculpas
(que entiendo que es lo que pedían: uno no se disculpa, sino que pide
disculpas), pero sumando dos y dos (u homófobo
y misógino) sale uno de los adjetivos
preferidos de retroprogres y feminazis, el de heteropatriarcal.
Lo
único palmariamente cierto en todo esto es lo que señalan fuentes del Gobierno:
que sostendrán a la ministro (reprobada en sede parlamentaria) porque no se pueden permitir otra dimisión. Sería la tercera y, probablemente, la penúltima.
Porque la última ya sabemos de quién sería.
La
del dctr Pdr Snchz.
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