jueves, 21 de agosto de 2025

Justicia poética

Dice, no sé si el refrán o el pasaje evangélico, que Dios castiga sin piedra ni palo. Una versión más oriental y más ramplona se sintetiza en el aserto de que no culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.

Es lo que ocurrió a finales del mes pasado, cuando una mujer denunció que otra mujer le había quitado su vivienda aprovechando que estaba de viaje en República Dominicana. Lo que ocurre es que la denunciante era, a su vez, ocupa del domicilio que le habían ¿viceocupado? ¿subocupado?, lo que hace plantearse si su estado de necesidad era verdaderamente tal, toda vez que había podido costearse un viaje transatlántico.

Otras versiones del saber popular definirían esta situación como una aplicación práctica de la ley del talión, del ojo por ojo, de que quien a hierro mata, a hierro muere…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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