viernes, 11 de diciembre de 2015

Cataluña, suma y sigue

Si hubiera observado el compromiso de escribir sobre la marcha en relación con la situación de Cataluña, ahora tendría tres entradas más, en lugar de refundirlas en esta. Pero entre los días festivos (curiosamente, me cuesta más no llegar pillado a la actualización del blog los días no laborables, quizá porque me relajo y pienso que ya habrá tiempo… hasta que deja de haberlo) y el hecho de que el Domingo pasado mi padre cumplió ochenta años, la tarea se ha ido posponiendo. Hasta ahora.
Hace una semana saltaron dos noticias desde las filas secesionistas. En primer lugar, Chancleto planteó la posibilidad de que dos parlamentarios de la CUP apoyaran la investidura de Mas como medio de desatascar el proceso. Se ve que, al haber sido parlamentario la última legislatura (y eso que en Cataluña la brevedad de las legislaturas sólo es comparable a la de las italianas de la segunda mitad del siglo XX; imaginemos qué habría ocurrido de haber estado sacudiendo la sandalia en sede parlamentaria durante cuatro años completos), su otrora puro y prístino espíritu revolucionario se ha visto contaminado por los efluvios mefíticos provenientes del sistema, y ya piensa y razona como un político de los de toda la vida. Lo cual no evita que, cuando se pone a disparar contra los enemigos de Cataluña meta a todos en el mismo saco y atice tanto a tirios como a troyanos: sólo así se explica que diga que existe todo un sistema de poder -bancos, Iglesia, ejército- triturando la libertad política catalana. Los bancos, de momento, no se han retirado de Cataluña; el ejército, por suerte para los necionanistas, está sólo en posición de firmes, y ni siquiera han pasado al presenten armas; y en cuanto a la Iglesia… si el problema de la jerarquía católica catalana es que es mayoritariamente catalana y nada etimológicamente católica (esto es, universal).
La segunda noticia fue que, por raro e infrecuente que resulte, los necionanistas dijeron una verdad como un templo. La sedicente y sediciosa Asamblea Nacional Catalana apuntó a Ciudadanos como el principal escollo del proceso. Completamente cierto. Por cálculo o por convicción, Ciudadanos ha ocupado el espacio político y la defensa de la Constitución en los que deberían estar el PSOE y, sobre todo, el PP; dado que unos por antiespañolismo genético y los otros por mariacomplejamiento han hecho dejación de estas funciones, es el partido naranja el que enarbola esa bandera. Y así le va (de bien), y así les va (de mal).
Finalmente, los convergentes parecen haberse cansado de las alternativas diabólicas a las que les está sometiendo la CUP (mientras que Dios aprieta pero no ahoga, dice el refrán, parece que el diablo aprieta hasta ahogar, podría decirse) y se preparan para unas nuevas elecciones. Vista la tendencia descendente en los sucesivos comicios, parece que han optado por cometer suicidio antes que ser víctimas de un asesinato.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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