Cuando
el 14 de Marzo de 2.004 el PSOE de Rodríguez ganó las elecciones generales,
hice el comentario de que me encantaría ser portugués, porque me iba a partir
la caja viendo lo mal que iba a irle a los españoles los siguientes cuatro
años. Un amigo, socialista para más señas, me criticó ese comentario en no
recuerdo exactamente qué términos… pero no me equivoqué lo más mínimo, porque
los españoles lo pasamos (como suele decirse) mal no, lo siguiente, durante el septenato de zETAp.
Me ha
venido esto a la mente al ver cómo han ido las cosas este fin de semana en Cataluña,
con la asamblea del partido de Pantuflo
y la Click de Famobil. La cosa comenzó
el Sábado, con la reaparición de los terroristas de Tierra Libre (ya se sabe, mala hierba nunca muere) manifestando su
apoyo a Arturito Menos (dime con
quién vas…) y creando, según algún titular, riesgo de escisión en el partido
ultraizquierdista catalán.
Riesgo
que parece haberse acrecentado tras las sucesivas votaciones celebradas el
Domingo, en las que los resultados mostraban un partido, valga la redundancia,
partido prácticamente por la mitad, hasta que en la tercera y definitiva ha
quedado exactamente partido por la
mitad, con los mismos votos a favor y en contra de apoyar la investidura culimpompa del sujeto del tupé y la
mandíbula cuadrada.
Lo malo
de todo esto es que las bases podrán decidir lo que les parezca, pero luego los
parlamentarios harán lo que les pete. Y lo malo para estos parlamentarios, si
deciden hacer honor a aquello del mandato
no imperativo, es que las bases se toman muy a mal que les lleven la
contraria. Con lo que, hagan lo que hagan, palos les van a llover (y no hablo
necesariamente en sentido metafórico), porque van a cabrear a la mitad del
partido.
Y si
se abstienen… cabrean a todo el partido. No les arriendo la ganancia.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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