martes, 10 de enero de 2017

Butifarras a pares

Que los secesionistas catalanes son tan españoles como el que más lo demuestra el hecho incuestionable de que, a pesar de llevar algo más de un siglo con la matraca, y cerca de medio lavando la cabeza a la gente, y a pesar de la igualmente hispana infinita torpeza y complacencia de los sucesivos gobiernos de España, todavía no hayan alcanzado sus sedicentes objetivos sediciosos. Es decir, que son tan torpes como cualquier compatriota de Sanjenjo, Lebrija o Mahón.
Como muestra está la reunión que montó Cocomocho la víspera de Nochebuena para establecer (otra vez) la hoja de ruta hacia la independencia. Dejando aparte que en los rostros de los comparecientes el entusiasmo brillaba por su ausencia (no hay más que ver las fotos de grupo), ¿a quién se le ocurre invitar a asistir a una prima donna como la alcaldesa de Barcelona, una oportunista sin oficio, beneficio ni convicciones más allá de barrer para donde más le convenga? De hecho, fue la bruja piruja la que reventó la reunión, oponiéndose a la celebración de un referéndum unilateral, como pretendían (y siguen pretendiendo, a tenor de sus declaraciones) los mascarones de proa de la deriva secesionista.
Al menos, un pequeño éxito sin que han conseguido estos necionanistas. Llevan años buscando una repercusión internacional de su proceso, y ya consiguen que se les mencione en una publicación de una cierta fama y solvencia. En efecto, el periódico The Economist se ha hecho eco de sus aspiraciones… para compararles con los brexiters. Dice la citada publicación que En vez de a Bruselas acusan a Madrid de robar y dicen que la separación será fácil y rápida.
Dejando aparte que llevan lustros diciendo que la cosa será rápida, no estoy yo completamente convencido de que ésta fuera la repercusión que pretendían conseguir…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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