sábado, 14 de enero de 2017

Retroprogres suicidas

Es bastante común entre los progres de todo pelaje y condición achacar la culpa de la existencia del terrorismo islámico (y de sus crímenes) a Occidente en general y la cultura judeocristiana en particular. Así, por ejemplo, la culpa del terrorismo palestino recae, para estos apóstoles del progretariado, única y exclusivamente sobre los hombros del Estado hebreo, que quizá se defiende con unos medios algo excesivos y hasta desproporcionados, pero que al menos no pretende (o no declara pretender) lo mismo que sus enemigos, esto es, borrarles del mapa… literalmente.
Con ocasión de la matanza en Turquía tras el atentado de Nochevieja, ese faro de la retroprogresía que es el diario El País le echa la culpa a Occidente, así en general. No parecen haberse parado a pensar que una posible causa de que los islamistas atenten en Turquía podría ser –y lo digo únicamente a título de ejemplo y porque es lo primero que se me ocurre- que el Estado otomano (lo sé, es una simplificación llamar otomanos a los turcos, pero se me entiende) no combata precisamente a favor del Daesh; o que –es la segunda cosa que se me ocurre- perciban los movimientos de Erdogan hacia la creación de un Estado confesionalmente musulmán (algo que no pude quedar más lejos de las intenciones del fundador de la Turquía moderna) como un posible obstáculo en la restauración del califato (porque ya se sabe, sólo puede haber un califa en el lugar del califa, nunca dos).
En la historia patria también tenemos nuestra cuota de cretinos progresoides. Con motivo del aniversario de la reconquista de Granada por los Reyes Católicos, Esperanza Aguirre se alegró de la efeméride y del hecho de (estoy simplificando a la par que elucubrando, porque no me leído la noticia; pero como conozco al personaje, no creo equivocarme mucho) se eliminara el dominio musulmán del territorio español. Naturalmente, los mencionados cretinos (Junior, Pesetero e Irene Montero, que no sé exactamente quien es ni ganas de saberlo) criticaron a la líder popular por sus declaraciones.
No parecen percatarse –especialmente la susodicha Montero- que de estar bajo el dominio de esos cuya expulsión lamentan no podrían soltar las sartas de chorradas que acostumbran (especialmente, de nuevo, la susodicha Montero).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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