sábado, 21 de enero de 2017

Libertad de expresión

Hace ya bastante tiempo el culerismo acuñó el eslogan de que el Fútbol Club Barcelona es más que un club (los antipatizantes de la entidad azulgrana suelen añadir el remoquete de sí… un puticlub). Inmerso como está en la ola secesionista catalana, el eslogan es ahora más cierto que nunca, porque lo que debería ser un club deportivo se ha convertido en una mafia, una checa, un ambiente enrarecido donde hay que medir muy mucho lo que se dice, no vaya a ser que ruede la cabeza del decidor.
Esto ha ocurrido hace poco, dentro del mar de fondo con la renovación (o no) del enano hormonado. Uno de los directivos se atrevió a decir que Messi no sería tan bueno sin Iniesta, Neymar y otros jugadores. Quizá habría que matizar que sería igual de bueno, pero que no habría obtenido los mismos resultados. Esta es una verdad evidente, y no hay más que echar un vistazo a los logros de la selección albiceleste desde que el de Rosario juega en sus filas: ninguno.
Sí, Lionel Messi es un jugador desequilibrante, con un talento descomunal y una gran capacidad goleadora. Pero sin un equipo que juegue en función suya, y sin jugadores de talento dentro de ese equipo, parece bastante obvio que no habría conseguido sextetes, balones de oro, pichichis y demás galardones individuales y colectivos.
En cuanto al directivo… bueno, baste decir que fue fulminantemente destituido por haber dicho lo que dijo. A quién se le ocurre, hombre de Dios. 
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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