lunes, 1 de mayo de 2017

Bones

Quizá no sea la serie más larga (con más episodios) que haya visto (esas dos temporadas con la mitad de episodios…), pero es casi seguro la que más temporadas ha tenido (doce), al menos de momento.
La empecé a ver ya comenzada, así que en su día me pegué una panzada de ver episodio tras episodio de las primeras siete u ocho temporadas; tras eso, el tener que esperar semana a semana a que apareciera un nuevo episodio resultaba un poco frustrante (los dos últimos me los vi del tirón,  e hice bien, porque el final del penúltimo es un cliffhanger de cuidado). A cambio, como ocurre con Big bang, cuando me tropiezo con un episodio en la tele es divertido intentar adivinar a qué temporada pertenece (en ésta es más fácil que en la de los científicos chiflados, porque en cada temporada pasa algo importante).
Con el tiempo, aprendí a detectar que el culpable del crimen correspondiente era, casi indefectiblemente, el primer sujeto al que interrogaban, fuera sospechoso o no. En cuanto a que en cada episodio apareciera un cadáver (o varios) en diversos grados de putrefacción, no me afectaba demasiado: la mayor parte los he visto después de la cena…
Lo más interesante de la serie no eran los crímenes, claro, sino lo que les pasaba a los protagonistas al margen del trabajo. En este sentido, el final de la serie ha sido lo bastante abierto como para que, llegado el caso, puedan retomarla.
Eso, si Emily Deschanel no sigue engordando…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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