sábado, 6 de mayo de 2017

Demencial

Una impresión que he obtenido a lo largo de mi vida es que el nivel de exigencia académica en la educación preuniversitaria (llamémosles escuelas, colegios, institutos…) ha ido decreciendo con los años. Si era todavía difícil de apreciar en el lapso que transcurrió entre mis estudios y los de mi hermano pequeño (soy el mayor y nos llevábamos seis cursos), conforme han ido pasando los años y he ido viendo los temarios de sobrinos, hijos de amigos y demás la cosa se ha hecho patente (para mí).
No es de extrañar que el sistema educativo español esté a la cola en los estudios internacionales sobre la materia: libros con más ilustraciones que texto, materias localistas, rebaja de la exigencia, nulo respeto al profesorado por parte del alumnado y de los padres de éste, cambio de las calificaciones numéricas por términos como necesita mejorar o progresa adecuadamente… Parecía que las cosas ya no podían ir peor. Pues estábamos equivocados.
Ha saltado la noticia de que el Gobierno está estudiando permitir superar la ESO, no ya con hasta dos asignaturas suspendidas, sino incluso sin alcanzar la media de aprobado, esto es, de cinco (sobre diez, que esa es otra: llegas a selectividad y puedes alcanzar, creo, hasta un catorce).
Todo sea por no traumatizar a los alumnos: burros, pero titulados.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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