Como
no me canso de decir, el tema del calentamiento global (especialmente cuando
adopta esta denominación, incorrecta e imprecisa, y no la de cambio climático) es una cuestión
discutida y discutible, tanto en sus causas (humanas o no) como en sus efectos
y en su posible evolución.
A ello
ha contribuido, qué duda cabe, el hilo de continuas rectificaciones de sus
apologetas, que dejan en nada las profecías del fin del mundo por parte de los
Testigos de Jehová; profecías que, naturalmente, no se han cumplido ni una sola
vez (creo que nos habríamos dado cuenta si hubieran sido acertadas). Los
vaticinios apocalípticos de los (llamémosles así) calentólogos se han demostrado erróneos vez tras vez, año tras año,
década tras década.
Qué duda
cabe que un comportamiento responsable para con el medio ambiente sería
beneficioso para todos. Pero que hechos como que un estudio dirigido por un escéptico
en el que ha participado un climatólogo alarmista concluya que un tercio del calentamiento medido en los Estados Unidos durante los últimos 30 años es producto de una mezcla de termómetros que no cumplen las normas mínimas de calidad y unas correcciones erróneas para tratar ese problema dan, cuando menos
que pensar.
Y,
en cualquier caso, nos proporciona argumentos para discrepar de esa sedicente teoría unánime del calentamiento global
por causa humana.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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