Cuando
ante un caso de corrupción del Partido Popular se contesta a las acusaciones de
la izquierda con un ¿Hablamos de
Andalucía, los EREs, Filesa, Malesa y los cafelitos?, la reacción es
automática: ya estáis con el ‘y tú más’,
dicen. Y no es esa la cuestión. No es y
tú más, es y tú también. O, por
decirlo pronto y mal, habló de putas la ‘Tacones’.
Viene
esto a cuento de las detenciones que se llevaron a cabo ayer en Valencia de
personas relevantes dentro del organigrama popular
en la región. No voy a negar que da toda la impresión de que el Partido Popular
parece estar corrompido hasta la médula (ya lo dijo Lord Acton, el poder tiende
a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente; y el PP ha tenido un
poder casi omnímodo en la comunidad valenciana durante dos décadas… lo que es
menos de lo que el PSOE lo ha tenido en Andalucía, ya puestos), y que Mariano
Rajoy quizá no sea culpable de corromperse él mismo, pero sí de haber permitido
que la corrupción perdurara en la década larga en que ha presidido el partido. Y
como él, todos los que, estando por debajo de él, han tenido conocimiento de la
situación, aunque no se hayan pringado
personalmente.
Hasta
ahí, bien (o mal, según se mire). Pero también hay que señalar que el PP parece
ser el único caso de un partido en el poder (a diferencia del PSOE o de los necionanistas catalanes) que, cuando se
descubre un caso de corrupción, tiene detenidos y expulsa a los pringados (a algunos, por lo menos).
Que
lo cortés no quita lo valiente.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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