En España
no existe eso que se ha dado en llamar nacionalistas
buenos. Los nacionalistas periféricos son, por definición, malos, nocivos,
perniciosos, perjudiciales. Si acaso, podríamos distinguir entre nacionalistas
violentos y no violentos –siendo éstos casi más despreciables que aquéllos,
porque tienden a aprovecharse de las acciones perpetradas por los primeros- o,
como es el caso, entre nacionalistas educados y maleducados.
La mayor
parte de los nacionalistas pertenecen al de los zafios, groseros y patanes. Están
tan imbuidos de la legitimidad de sus reivindicaciones y mentiras que ni
siquiera se preocupan en guardar las más mínimas normas de urbanidad y cortesía
(vamos, como un Junior cualquiera). Nuevamente,
los educados son casi más insoportables: de tan zalameros, suaves y babosos
resultan casi asquerosos.
Y entre
ellos, el epítome lo constituía ese necionanista
catalán nacido en Aragón de apellido Durán y Lérida. El eterno hombre de convergencia en Madrid, ponía
la sonrisa (babosa, ya lo he dicho) a las exigencias provenientes de esa
esquinita de España, que diría el calvo melifluo. Sin ninguna relavancia
política por sí mismo, se ha tirado un tercio de siglo largo en el palacio de
la Carrera de San Jerónimo gracias a estar incluido dentro de la coalición que
durante ese mismo lapso de tiempo lo ha sido prácticamente todo en Cataluña.
Pero
todo se acaba, y la coalición terminó también. Abandonado a sus propias fuerzas
electorales, Unión Democrática de Cataluña ha quedado reducida a la inanidad
parlamentaria que, en puridad, siempre le debería haber correspondido. Así las
cosas, la rata capitán abandona el barco y renuncia a seguir presidiendo ese
proyecto en descomposición putrefacta, como todo aquello que ha tocado Arturito Menos y, antes que él, su
mentor Jorgito Poyuelo.
Eso sí,
fiel a la soberbia del personaje, no se ha resistido a una última frase
pomposa, diciendo que las cosas hubieran ido mejor si Pujol hubiera optado por mí. Hubieran ido mejor… para el propio
Durán, quizá, pero para nadie más.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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