Sus
detractores achacan a Mariano Rajoy que ha hecho del arte de no hacer nada toda
una filosofía vital. Es decir, que el presidente del Gobierno (en funciones)
opta, por lo general, por dejar que los problemas se pudran solos y que el
tiempo le vaya solucionando las cosas. A veces, este sistema parece
funcionarle. Otras, no.
Un caso
de los que no parece haber funcionado es el de los secesionistas catalanes. Según
algunos (entre los que me encuentro), debería haber tenido mano firme desde que
llegó a La Moncloa (iba a decir desde la primera tontería necionanista, pero es que las mismas llevan produciéndose desde
mucho antes de que Rodríguez abandonara la presidencia del Gobierno); o, por
decirlo en dos palabras, aplicar los artículos 155 y 8 de la Constitución.
Ahora,
tras la sustitución de Arturito Menos
como mascarón de proa de los secesionistas (al menos de cara a la galería),
parece que Mariano ha optado por no hacer nada; o, por lo menos, eso es lo que
se desprende de la entrevista que al respecto ha mantenido con Junior, en la que le habría dicho que de momento no tiene prevista ninguna acción frente al desafío rupturista.
Es o
eso… o que no se fía de Coleta Morada,
no sea que le vaya con el cuento a la Bruja
Piruja.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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